5th October 2019

Retal 2: La farmacia de don Julio

El 11 de septiembre de 2017 desapareció una calle entera en Reznos, el pueblo de Soria donde nació mi abuela. No era la primera calle en borrarse del mapa. Al igual que las anteriores el ayuntamiento se vio obligado a demolerla por peligro de derrumbe.



Era una de las calles importantes del pueblo, comenzaba en la plaza y bajaba hasta el molino. Esta puerta pertenecía a la farmacia de Don Julio. Hace solo 60 años estaba llena de actividad.



Mi madre cuenta que primero entrabas a un pórtico y luego ya a la farmacia, que estaba llena de «botes como jarrones chinos». Hoy solo queda esto.



En el pueblo, entonces, había boticario, secretario, médico… los funcionarios de la zona que trabajaban para varios pueblos, vivían en este. Era tradición que los niños/as fueran en reyes a pedir el aguinaldo a los funcionarios: una naranja, unos higos… Al farmacéutico siempre había que tratarle de "don", si no, te mandaba salir y volver a entrar.

Don Julio era pariente de mi madre, ya que era hijo de la tía Ignacia, que era hija de la tía Paula, que a su vez era medio hermana del abuelo de mi madre, Julián.

Todo esto me lo contó mi madre en directo, por teléfono, mientras veía cómo las excavadoras tiraban las casas y a cada golpe, el contragolpe de los recuerdos de mi madre.

Un tiempo después pasé por allí y me encontré a mi tío (abuelo) Ismael sentado al sol enfrente de la ruina. Se lo tomaba con resignación e ironía: «¿Ves qué suerte? Ya no se cae una piedra»